4.3
COMISIONES MIXTAS DE SEGURIDAD E HIGIENE.
Según un informe de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo, el ente
oficial que regula la operatoria de las ART, en Argentina sólo el 3% de las
empresas cumple con todas las especificaciones en materia de prevención y
seguridad ocupacional.
No obstante, la Higiene y Seguridad en el trabajo
debería ser uno de los puntos clave de cualquier organización. Es parte de su
responsabilidad social cuidar a sus empleados, protegiéndolos de accidentes y
asegurándoles un ambiente saludable. Dentro de las necesidades que el empleador
debe satisfacer durante la vida laboral de un trabajador, se encuentran las
necesidades de seguridad física y emocional.
La ley exige a los empleadores que proporcionen
condiciones de trabajo que no perjudiquen ni física, ni moralmente a sus
empleados.
Por este motivo, las
empresas deben poner especial atención en tres aspectos de importante repercusión
en el tema: cumplimiento de la legislación, seguridad de su personal y cuidado
del medio ambiente.
Respecto a la seguridad en
el ámbito laboral, el protagonismo lo tiene el personal. Por esta razón, es
necesario que en toda la empresa se transmita una “cultura de seguridad y prevención de riesgos”, que conduzca a
alcanzar altos niveles de productividad y una consecuente eficiencia en su
gestión total.
Un programa de Higiene y
Seguridad debe concebirse como parte de la empresa, y no como algo que se debe
realizar adicionalmente. Dicho programa es un conjunto de actividades que
permiten mantener a los trabajadores y a la empresa con la menor exposición
posible a los peligros del medio laboral. Los costos relacionados con los
permisos de enfermedad, retiros por incapacidad, sustitución de empleados
lesionados o muertos, son mucho mayores que los que se destinan a mantener un
programa de Higiene y Seguridad. Además los accidentes y enfermedades que se
pueden atribuir al trabajo pueden tener efectos muy negativos en el estado de
ánimo de los empleados, creando desmotivación e insatisfacción.
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El departamento de Recursos Humanos es el responsable de
coordinar los programas de comunicación
y entrenamiento en seguridad. Pero el éxito del mismo, dependerá de la
acción de los Directores y Supervisores, como también de la conducta, que en
consecuencia, los empleados adopten. La seguridad es una función de Staff, pero
su cumplimiento es responsabilidad de Línea.
El internalizar el valor de
la Higiene y Seguridad en el trabajo depende de una tarea sistemática, donde
día a día se refuerzan las políticas y procedimientos.
Es por ello, que el
compromiso debe comenzar en la gerencia de alto nivel, quien debe estar
conciente del lugar prioritario que esta temática merece. La alta gerencia
puede evidenciar su compromiso mediante diferentes acciones tales como: el
interés personal y rutinario por las actividades de seguridad, concediéndole
gran importancia en las juntas de la
compañía, brindando a los responsables de su planificación los recursos
necesarios, asegurándose que el ambiente de la organización es el adecuado,
incluyendo el tema de seguridad en las capacitaciones. Sin este compromiso,
cualquier intento por reducir los actos inseguros de los trabajadores tendrá
escaso resultado.
El Supervisor de primera
línea constituye un vínculo clave en la cadena. Su labor tiene especial
importancia en la inducción del personal de nuevo ingreso. Ésta debe consistir
en una explicación detallada sobre todo lo que debe realizar el trabajador,
incluyendo los peligros del área, las medidas de seguridad y el procedimiento a
seguir en caso de accidentes o incidentes. El criterio de inducción al puesto
se aplica exactamente de la misma forma a aquella persona que ha sido
transferida, y que independientemente del tiempo que tenga dentro de la
organización, es tan nuevo como el de recién ingreso.
Es importante tener en
cuenta que la experiencia reduce en gran medida los accidentes, y la
capacitación en muchos casos puede sustituir a la experiencia, por lo cual la
capacitación en seguridad puede reducir substancialmente los accidentes.
El
Supervisor debe cumplir un papel educativo, transmitiendo las pautas de manera
clara y estimulando a los empleados a seguir con los procedimientos
estipulados. La clave para mantener riesgos en un nivel bajo es la
“prevención”. Uno de los aspectos que hacen a esta, es la existencia de
procedimientos.
Éstos permiten
a las personas conocer cuáles son las medidas de prevención, protección y
seguridad, para que los riesgos de cada operación sean mínimos. La clave de la
prevención es la “observación preventiva”, que permite hacer foco en, no sólo
aquello que esté mal, sino también en todas las consecuencias que eso puede
traer.
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